Desarrollan una nueva técnica de edición del ADN que utiliza “puentes” de ARN

Este nuevo sistema podría servir para las grandes alteraciones en los cromosomas, como inserciones, deleciones e inversiones de gran tamaño en las que no servía la técnica CRISPR.

 

 

Las investigaciones en el campo de la edición genética siguen avanzando enormemente. En la revista Nature, se publica artículo “Bridge RNAs direct programmable recombination of target and donor DNA”, sobre los reordenamientos genómicos, que abarcan cambios mutacionales en el genoma como inserciones, eliminaciones o inversiones, son esenciales para la diversidad genética y avanza en el último salto en esa evolución tecnológica

 

La investigación se inició hace poco más de 30 años, por el biólogo Francis Mojica, cuyas investigaciones sentaron las bases para el desarrollo de la herramienta CRISPR/Cas9, una especie de “tijeras moleculares” que permiten editar el ADN y por las que las investigadoras Emmanuelle Charpentier y Jennifer Doudna consiguieron el Premio Novel de Química en 2020

 

El también llamado “corta-pega” genético fue la primera técnica de edición del ADN, una herramienta que ha cambiado el pronóstico de distintos trastornos, como la enfermedad de células falciformes y que ha ido mejorándose progresivamente. La nueva técnica que publica la revista Nature permite la inserción, eliminación o inversión de largas secuencias de ADN en posiciones específicas del genoma. La herramienta ha sido desarrollada por el equipo de Patrick D. Hsu, de la Universidad de Berkeley, y se basa en una recombinación programable dirigida por una pequeña molécula de ARN, que actúa como “puente”. El abordaje, aseguran sus creadores, podría proporcionar una forma más sencilla de llevar a cabo la edición genética.

 

Lluís Montoliu, (investigador del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC) subraya que las tijeras CRISPR son muy útiles para inactivar genes y las técnicas de segunda y tercera generación de esta herramienta han permitido avanzar en distintos tipos de edición de secuencias pequeñas de ADN, pero “para las grandes alteraciones en los cromosomas, como inserciones, deleciones e inversiones de gran tamaño no nos servían las CRISPR, no permitían obtener resultados de forma controlada y con una eficacia significativa«, aclara.

 

La nueva herramienta se basa en elementos móviles del genoma, elementos que son capaces de saltar de un sitio a otro en el ADN. La técnica consigue controlarlos y dirigirlos a dianas específicas, para provocar una edición predeterminada. En concreto, el abordaje genera recombinasas, enzimas claves para la recombinación genética que actúan de forma programada en lugares específicos del genoma gracias a la guía que le proporciona una molécula de ARN, denominada ARN “puente”.

 

Hsu usa otra familia de elementos móviles llamados IS -por inserción de secuencias- que codifican una pequeña recombinasa y una también pequeña molécula de ADN- denominada ARN puente-que contiene las secuencias complementarias a los fragmentos de ADN de salida y de llegada, que pueden sustituirse a voluntad, siendo por ello capaz de insertar, delecionar e invertir fragmentos específicos y relativamente grandes de ADN de forma eficaz y relativamente segura según explica Montoliu. El científico destaca que se trata de «un sistema muy compacto y con gran potencial«, si bien «todavía asociado a un porcentaje nada desdeñable de modificaciones en otros lugares parecidos del genoma y con una eficacia variable que seguramente deberán optimizar en futuros proyectos…. Los experimentos solamente se han hecho en bacterias. Ignoramos si va a funcionar en células humanas, aunque todo parece indicar que debería hacerlo«.

 

 

 

 

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